Todo el que se inserta en el mundo laboral sueña algún día
con tener su propio negocio, independizarse, ser su propio jefe. Pero pocos se
lanzan al mar del emprendimiento, pues se piensa que está lleno de riesgos y
obstáculos que serán difíciles de superar; que hay una alta probabilidad de
fracaso y que un empleo es algo más seguro.
Lo cierto es que en esto del emprendimiento existen muchos
mitos. En el libro New Venture Creation: entrepreneurship for the 21st century,
J. A. Timmons expone un listado de mitos y realidades sobre los emprendedores.
Echemos un vistazo a algunos de ellos y dejemos en claro cuál es la realidad:
Mito: “Los emprendedores nacen, no se hacen”; Realidad: un
emprendedor puede tener cierta inteligencia innata, pero convertirse en tal
sucede por acumulación de habilidades, conocimiento práctico, experiencia y
contactos por un período superior a diez años.
Mito: “Cualquiera puede comenzar un negocio”; Realidad: la
parte fácil es iniciar un negocio, comenzarlo; el desafío consiste en
sobrevivir, sostener y construir una empresa para que luego se puedan recoger
los frutos.
Mito: “Los emprendedores apuestan”; Realidad: los
emprendedores exitosos toman riesgos muy cuidadosos y calculados.
Mito: “Los emprendedores son sus propios jefes y
completamente independientes”; Realidad: deben responder a inversionistas,
socios, empleados, familia, etc. Aunque pueden elegir libremente cuando, a
quien y a qué responder.
Mito: “Los emprendedores trabajan más tiempo y más duro que
los gerentes de las grandes compañías”; Realidad: no hay evidencia cierta sobre
esto, algunos trabajan más otros no, pero ciertos reportes actuales indican que
trabajan menos.
Mito: “Los emprendedores pagan caro con estrés y salud”; Realidad: ser emprendedor es demandante y estresante, pero no hay evidencia que
indique una mayor demanda personal que otros roles profesionales. A favor del
emprendedor es una mayor satisfacción laboral.
Mito: “Los emprendedores deben ser jóvenes y enérgicos”; Realidad:
no es una barrera, mientras algunos comienzan en sus 30’s otros lo hacen en sus
60’s, relevante es el conocimiento aplicado, la experiencia y los contactos que
facilitan el reconocer e ir tras una oportunidad.
Mito: “Los emprendedores buscan el control y el poder sobre
los demás”; Realidad: los emprendedores exitosos se conducen por la búsqueda de
logros, responsabilidad y resultados más que por poder.
Mito: “Los emprendedores talentosos logran el éxito en uno o
dos años”; Realidad: raramente un negocio sólido se establezca en menos de 3 o
4 años.
Mito: “Los emprendedores con buenas ideas pueden conseguir
capital de riesgo”; Realidad: de los emprendedores con buenas ideas que
buscaron capital de riesgo solamente entre 1 y 3 de cada 100 rindió frutos.
Mito: “Los emprendedores son lobos solitarios, no pueden
trabajar en equipo”; Realidad: los más exitosos, construyen grandes equipos y
relaciones efectivas para trabajar con sus colegas, directores, inversores,
clientes y proveedores.
Mito: “El dinero es lo más importante para ellos”; Realidad:
un sentimiento de realización personal, logro, control de su propio destino,
realizar sus visiones y sueños son sus motivadores más poderosos.
Mito: “Con suficiente dinero para el arranque no se puede
fallar”; Realidad: lo opuesto siempre es verdad; con demasiado dinero al inicio
y con falta de disciplina y gasto impulsivo, el negocio puede entrar en una
fase crítica que puede llevar al fracaso.
Mito: “Emprender negocios es caro y generalmente termina en
fracasos”; Realidad: los negocios fallan, no así el emprendedor. Las fallas lo
templan con la experiencia del aprendizaje.
Mito: “A menos que tenga un IQ muy elevado, el emprendedor
nunca será un exitoso”; Realidad: el coeficiente de inteligencia de un
emprendedor es una combinación única de creatividad, motivación, integridad,
liderazgo, construcción de equipos, habilidad analítica, y habilidad para
tratar con la adversidad y la ambigüedad.
Una creencia enraizada puede convertirse en un mito que
subconscientemente frena las intenciones del emprendedor. Por eso vale la pena
distinguir estos y otros mitos y realidades y sobre todo, tomar acción.
Fuente:
http://www.universimag.com/
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